Al referirse a la relación de las creencias cristianas y su influencia con las religiones de las diferentes culturas indígenas, muchas de ellas, especialmente las religiones que se transmitían solo por tradición oral, han sido alteradas mayor o menormente, tanto por el cristianismo (debido en gran parte a la evangelización por parte de los misioneros católicos, como también producto de una mala interpretación o adecuación del mito dentro de la sociedad de estos países; lo cual también ha aportado a que se hayan producido variaciones y diferencias en muchas de estas creencias; en donde además se creó un gran número de equivalencia que realmente no corresponden como tal, las que fueron erróneamente asimiladas dentro de la cultura de los diferentes países, e incluso lamentablemente, también dentro de las mismas culturas indígenas. Ello generó una enorme confusión y alteración que hasta la actualidad en muchas culturas indígenas, todavía no se logra superar totalmente.
Destaca en este tema el proceso del sincretismo y la asimilación de las creencias cristianas, en el que misioneros modificaron la descripción y características de numerosos dioses, con el fin de que concordaran con la figura del Dios Cristiano como Dios omnisciente u omnipotente. Ejemplo de ello son la deidad mapuche “Ngenechén” , que generalmente viene traducida con “Dios”. Esta relación Dios-Ngenechén, la cual se trataría de una equivalencia forzosa, creada por los jesuitas en su afán misionero en los siglos XVII y XVIII, con el fin de hacer más acepto y comprensible el concepto cristiano. Otro ejemplo es el dios Tupán, que fue luego asimilado al Dios cristiano predicado por los misioneros.
Caso similar sucedido con la figura de la Virgen María. Ejemplo de ello es la Pachamama, a quien los campesinos incas y aimara le piden la fertilidad de sus campos y de sus rebaños, y que ha seguido siendo la principal divinidad pagana superviviente entre sus descendientes; que sin hacerse una idea totalmente precisa de su personalidad o de sus correctas características, propenden a confundirla con la Virgen María.
Paralelamente, de modo similar, muchas deidades y otras figuras mitológicas sufrieron un proceso de demonización; al considerarlas contrarias a lo correcto según la tradición cristiana; sacándolos de su real contexto, y/o simplemente relegándolos tan solo como seres malignos, o describiéndolos como simples sinónimos de demonios o el diablo.
Ejemplo de ello son los espíritus pillanes en la religión Mapuche, los cuales en su cultura son considerados sus antepasados, y que debido al hecho de los pillanes igualmente son seres castigadores (o permiten a otros seres castigar) con terremotos, enfermedades, etc; muchas veces se les describe equívocamente en la literatura y tradiciones, tan solo como un ser del tipo maligno, un demonio que causa todos los males y catástrofes naturales.
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