jueves, 2 de junio de 2011

El origen de la vida.la muerte

Para muchos aborígenes, los hombres no estarían sometidos a la muerte si el héroe civilizador o el azar no hubieran dispuesto otra cosa. En la antigüedad, los onas, fatigados por la vejez, se entregaban al sueño, y, al despertar, se hacían lavar por Kénos, el héroe civilizador.

Vueltos otra vez a la juventud, empezaban de nuevo su existencia. Fue uno de los Gemelos el que puso fin a esas renovaciones e hizo definitiva la muerte. Otro ejemplo es la de un gran mago habría querido hacer inmortales a los indios chipayas. Les recomendó que saludaran amistosamente a un extranjero que vendría a visitarlos. Los indios, desgraciadamente para ellos, volvieron la espalda a un visitante que traía un cesto lleno de carne podrida, habiéndole tomado por la Muerte, y en cambio acogieron afectuosamente a la Muerte, que tenía apariencia de un agradable joven.

Los indios del Perú, al menos los de la región de Huarochiri, consideraban a la muerte como un accidente debido a un gesto inconsiderado. Creían que, cuando moría un hombre, su alma volvía al cabo de cinco días. Por razones no explicadas, un alma volvió a su cadáver con un día de retraso. La mujer del muerto, impaciente, le dirigió vivos reproches e incluso le pegó. El alma, ofuscada, se marchó para siempre y desde entonces la muerte se ha hecho irremediable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario